Hoy le he traído una pequeña vela, la ha prendido con el brazo sano y ha leído en voz baja.
He vuelto a casa apestando a libertad, aquella por cuya ausencia velo y con cuya presencia sueño.
Pero no me hagan mucho caso, ya les he dicho que no soy nadie y nada de mí dirá la historia.
"¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?"
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