viernes, 29 de marzo de 2013
Suban
Suban, no lo duden. Les recuerdo que este tren tiene asientos reservados:
Para los que no saben lo que es la vida pero no se cansan de tratar de averiguarlo. Sabios.
Para los que buscan, frente a los que dicen haber encontrado.
Para los que se ríen de sí mismos, y de los demás. Y de todo lo demás
Para los que se sientan en el suelo.
Para los que inventan historias y para aquellos que las leen.
Para los que andan porque no pueden correr, y para los que corren porque no saben andar.
Para los que se bañan en dudas y, sin darse cuenta, salpican respuestas.
Para los que prefieren llevar los zapatos en la mano.
Para los que juegan sin mangas.
Para los que persiguen mil sueños (abstenerse los que vayan detrás de uno solo)
Para los que saben que el Louvre no es solo la Gioconda, ni Casablanca únicamente un buen final.
Para los que se dejan conocer, para no parar luego de sorprender.
Para los que ponen banda sonora a mi vida, y a la tuya, y a la suya.
Para los que no suponen.
Para los que comen mierda y saben cagar flores.
Para los que vivieron España y su 36, París y su 68 o mi vida y su 2012
Para los que creen que el mundo sí es suficiente.
Para las naranjas enteras.
Para los que otorgan sin callar.
Para los que aun tiemblan al oir nombrar a Isabeau, a Willow o a Buttercup.
Para los billetes de ida, sólo de ida.
Para los que arriesgan sin evidencias, (o con ellas que cojones!!).
Para los que reconocen la verdad ajena y temen la mentira propia.
Para los payasos de circo, el resto del gremio que espere fuera.
Para las hojas en blanco.
Para los que quieren quedarse y para los que saben irse.
Para los goles en el primer minuto, de penalty justo.
Para los que sujetan la puerta en el metro.
Para los que sólo necesitan un punto de apoyo porque el resto corre de su cuenta.
Para los que no atienden a razones, a razones a secas.
Para las balas encontradas.
Para los que salen de día y vuelven de noche y para los que salen de noche y vuelven de día.
Para los que se caen y para los que se levantan, te levantan, o levantas
Para sus pantalones vaqueros y tu vestido blanco.
Para la madre que te parió, porque no pudo ni imaginarte.
Para los que no matarían por nada... pero vivirían por todo.
Para las noches sin luna, los días sin sol, el café sin azúcar y la coca cola light. Tranquilos, algo podremos hacer.
Para aquellos que piensan "hoy es Sábado" y no "mañana es Domingo".
Para los que creen que 1+1 no son siempre 2
Para las sonrisas entre comillas, esas sonrisas.
Para los que ríen en grupo y lloran a solas.
Para los que prefieren arrepentirse como único camino para no tener que hacerlo.
Para los que aun creen que terminará atrapándole... beep beep.
Para los conciertos pero sobre todo, para los desconciertos.
Para los que no guardan la ropa.
Para los días perfectos. Para esos días sí, y para sus siete noches.
Para los andenes repletos de maletas... sin gente.
Para los que no usan reloj y para aquellos que hacen que te olvides de él.
Pónganse cómodos, les recuerdo que el viaje dura unos 80 años. Les recomiendo que vayan sacando la cabeza por la ventanilla y rían como nunca lo han hecho, pues en breve pasaremos por el primer cambio de agujas de nuestro trayecto. Uno de tantos que ignoraremos.
Disfruten.
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