sábado, 15 de diciembre de 2012
Fantasías
"Llegó a casa tras un largo día de trabajo y, como cada día, besó a su mujer con cariño y se puso a revisar las facturas que había recogido del buzón. Como cada día, cenaron y hablaron de los sinsabores de la jornada, del precio de las cosas, de la subida del paro, del tiempo y del amante de la vecina del cuarto. Cuando se sentaron en el sillón la película que por el cansancio nunca acababan de ver ya había comenzado y ella, como cada día, le despertó cuando llegó la hora de tachar una nueva fecha en el calendario. Bajan el telón durmiendo juntos y pensando en un nuevo color con el que pintar el salón... como cada día, por siempre."
Al calor de una hoguera en los pies del Monte del Destino, Bilbo dió una calada a su pipa mientras disfrutaba de aquellos ojos desorbitados en sus rostros. A Gandalf y a Frodo les encantaban las leyendas fantásticas del tío.
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